martes, 4 de noviembre de 2014

LAS AMENAZAS SOBRE EL VALLENATO COMO PATRIMONIO: A PROPÓSITO DEL PLAN DE SALVAGUARDA


Por Adrián Pablo Villamizar 

 Quiero referirme al tema de las amenazas que se ciernen sobre el Vallenato. El haber tomado la decisión de "nominar" al elemento que queremos postular ante la UNESCO como "El Vallenato", fue la solución consensuada para saldar la discusión (ampliamente ilustrada) de "qué era" lo que se quería postular para la protección del organismo rector de la salvaguarda cultural de la humanidad.  Sabíamos bien que al nominarlo de esta manera integrábamos el universo de la matriz cultural que lo origina y de todo lo que como signo o síntoma el vocablo pudiera provocar en su asociación neuronal inmediata, algo parecido a lo que los publicistas llaman "recordación y posicionamiento de marca". En ese sentido y con razón muchos pueden plantear la duda de que el elemento cultural no se encuentre amenazado sino todo lo contrario, que goza de una extraordinaria, aunque obesa salud.



Debido a esa amplia consideración que dentro de nosotros mismos podemos tener sobre algo que consideramos tan natural y propio, el comité asesor del MINCULTURA lo definió como (SIC) "un género musical tradicional cantado, nacido de la conjugación de tres expresiones culturales diferentes a partir de los cantos de vaquería de los campesinos y esclavos negros en las épocas de la colonización, la música y expresiones dancísticas de los indígenas nativos y el aporte de los instrumentos musicales europeos, que con la llegada del acordeón se consolidó con la guacharaca, de origen indígena y con la caja, de origen africano, dando paso a la creación de cuatro aires como son el paseo, el merengue, la puya y el son, que con el paso del tiempo penetraron los altos estratos de la sociedad. Su mayor característica de autenticidad está dada por la letra de sus cantos de contenido narrativo y costumbrista expresadas en un lenguaje elemental, los cuales, con la llegada de nuevas generaciones con vivencias culturales urbanas, se enriquecieron con contenidos de orden poético romántico." Subrayo y sombreo lo que considero relevante dentro de la discusión de "LAS AMENAZAS". 

Cuando un bien intangible es considerado Patrimonio es igual que nombrarlo TESORO. Los Tesoros inmateriales, anteriormente conocidos como "Obras Maestras de la Tradición Oral", son un elaborado producto de los tiempos dentro una matriz cultural singular e irrepetible. Por razones propias y previsibles del movimiento perpetuo de esas matrices culturales, la "fuerza" que genera los Tesoros de la Tradición Oral tiende a disiparse y finalmente perderse con el paso del tiempo y el influjo constante de la modernidad con sus contracorrientes culturales. Estas últimas no son sino la versión contemporánea y feroz de las mismas corrientes que a su vez crearon el fenómeno o elemento que se pretende resguardar. El Vallenato no nació como lo cantó el Viejo Emiliano o como lo tocó Luis Enrique, muchas cosas fueron mutando hasta establecer una "forma" por todos reconocida, que no requiere exhaustivas explicaciones y menos para las comunidades implicadas en su desarrollo. Es ese el saber no sabido, no aprendido que es la marca registrada de "La cultura". 

Los movimientos y cambios que fueron asentándose con el tiempo y la aceptación popular para dar origen a esta hermosa musicalidad que nos convoca, actuaron igual que el proceso de selección natural con el que Darwin explica su teoría de la evolución de las especies. Fueron perdurando los elementos y la formas que el pueblo mismo fue seleccionando dentro de sus preferencias y las preferencias a su vez generando estilos que determinaron escuelas y así hasta obtener esta hermosa acuarela de versos y melodías, rutinas y rebrujes que constituyen al VALLENATO. Lo que no iba gustando se iba perdiendo y luego olvidando pero todo fue un producto de lo que el Pueblo-Pueblo a través de su fascinación estética logró escoger como su música representativa.

Al iniciar el influjo mediático su trepidante accionar sobre las masas, algo que se vuelve brutal desde mediados de los 80 hasta nuestros días, ya no es el Pueblo quien escoge lo que debe perdurar dentro de su tradición sino los medios que con su repetición y la estrategia pre-concebida de determinados "cliché" melódico-literarios, impactan el inconsciente colectivo y por ende el gusto popular; son ellos quienes dominan el panorama. Nadie puede "triunfar" sin pasar por su filtro y quienes fabrican la zaranda no necesariamente acreditan conocimiento o ascendentes dentro de la historia de nuestro canto vernáculo.

Las comunidades van adoptando los nuevos cantares a medida que la música se va pareciendo cada día mas a sus propio estilo de vida: fácil, rápida, ligera, sin compromisos. No hay tiempo para nada, ni para dialogar, ni para contemplar la naturaleza ni para elabora un romance. La sociedad se adapta a esa velocidad y así lo hace la cultura y con ella la música.

La nueva música de estos 25 años de influjo mediático convirtió al Vallenato-Folclor en Vallenato-Género y por ser Género, como el Rock, La Salsa, El Jazz, todo le cabe. Su adaptabilidad al momento social, su energía contagiosa, su musicalidad sencilla pero bonita, su función testimonial, lo hacen apetecido y apetecible por donde quiera que transita en las nuevas versiones, Una de ellas que se desconecta de la realidad de la ancestral relación hombre/mujer y propone una invesión de los roles en donde el hombre es victimizado por un ejercito irregular de mujeres infieles y desagradecidas transformando al romanticismo-lírico pero viril en un discurso plañidero y genuflexo, propio de Corín Tellado, con su respectivas excepciones y otra variante que concentra su fuerza en el bailador, al que lo aleja de la cadencia y el contacto cercano del cuerpo de la pareja y lo monta en frenesí a un ritmo y una percusión de baterías, que en determinadas ocasiones obligan a bailar sueltos y porque no a saltar.

Ambas variantes del Canto Tradicional son las responsables de esa inmensa fiebre nacional e internacional del Vallenato mas ninguna de ellas transmite la esencia con la cual fue gestada su música mentora. Antes, al oir un Vallenato de Escalona, de Leandro, marín o Namen, las personas podían plasmar en un lienzo nuestros paisajes, costumbres y anécdotas. ¿Qué podrán pensar de nosotros hoy en día quienes escuchen el Vallenato Moderno? ¿pueden hacer una radiografía de nuestra sociedad o nuestro entorno? Creo que nadie en este foro esté dispuesto a apostar por una respuesta afirmativa. El Vallenato moderno se divorció de La Tradición que lo formó y mientras aquel fue producto de una Evolución Darwiniana, estas dos corrientes son Mutaciones con delecciones y traslocaciones que cambiaron en forma abrupta el ADN del Vallenato. 100 años vs 25, pelea de Tigre con burro amarrao.
¿Qué pasó? ¿Se perdieron quienes son capaces de ser consecuentes con su entorno y expresarse en cantos que hablen de su acontecer y de su realidad? ¿Perdieron la habilidad de ver el paisaje y encontrar en el los símiles para concretar una idea poética? NO, allí están y son los mismos que alimentan al animal hambriento que es el Vallenato Moderno. Esa habilidad del verso y la melodía, de soñar despiertos y cantar volando entre nubes sigue estando no la han aunque estén ahora trabajando para otro propósito. Sólo que ni ellos ni los interpretes están dispuesto a morirse de hambre atrás de la edificación del folclor. Es tanta la influencia de las corrientes que dan origen a la Nueva Música que ya ni pa' tras van a mirar. Solo le quedan los festivales para que vuelvan a Rutinas Fosilizadas, como dijo Durán Escalona, para que vuelvan a sentir el cuero-cuero de una caja o el corocito de la guacharaca. Solo le quedan los festivales para tratar de dejar "algo" en el pensamiento de los espectadores con canciones que le apuesten a la estética existencial y a la memoria de los pueblos.

Allí sigue lo que nos queda de ADN y por eso es que trabaja este proyecto. Ya lo que fue  y lo único que podemos hacer con la ayuda de todas las fuerzas vivas del folclor bajo la batuta del estado en plan especial de salvaguarda (PES) es enfriar un poco las aguas para que el Iceberg del folclor no se derrita a este ritmo tan acelerado. Ver de qué manera congelamos para los tiempos la memoria de octogenarios que aún recuerdan versos nunca escritos, que llegaron de boca en boca a través de las generaciones. Para que los Tataranietos de Toño Salas conozcan su pasado genético-musical en el intento de reactivar en ellos esta manera de "contar la vida cantando" que es el Vallenato. Buscamos lugares y medios para que los que aún tienen la posibilidad de ser consecuentes con su entorno y las vivencias diarias de su comunidad no escondan el deseo de cantarlas por la depreciación que han sufrido en los últimos años sino que tengan una caja de resonancia Multimedia que además les asegure algún ingreso y no piensen que solo el "cacho" o la "lujuria" son los motivos que tienen para cantar.

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