Por: Abel Medina Sierra
Publicado por la revist Margen de Cartagena. Sept. 2015
Un rumor corrosivo se ha paseado de boca en boca en Valledupar por varios meses desde el año anterior. Generalmente este tipo de rumores se quedan en el terrero del círculo oral y parroquial y no trascienden a la prensa; no porque no lleguen, sino porque pocos se atreven a escribir sobre “tan delicado” tema. Se está rumorando que el destacado cantante Iván Villazón “está perdido en el ron” porque se reveló que su hijo, el también cantante, Iván David, era homosexual. En Valledupar, epicentro de divulgación de la música vallenata, los chismes de farándula, rumores y novedades circulan en mayor cantidad y con más celeridad que los que atañen a la política y otros ámbitos culturales y sociales. Un escándalo de Diomedes o su recaída en enfermedad, un rifirrafe entre Silvestre y Peter, la separación de un cantante y su acordeonero o la unión de otros, una canción que fue plagiada son comentarios que en Valledupar se vuelven tema obligado en los mentideros y corrillos cotidianos. De Valledupar pasan a las regiones cercanas donde, como sucede con todo género de la tradición oral, a veces se crean nuevas versiones que exageran o exacerban los hechos.
Volviendo al caso de los Villazón senior y junior, que Iván Villazón se haya ganado una fama de consuetudinario amante de los tragos no es nuevo. Él mismo ha reconocido tener problemas con la bebida y todos los melómanos que lo hemos apreciado, alguna vez hemos notado sus salidas en falso en una presentación por estar bajo efectos del alcohol. Ahora que sea porque su hijo sea homosexual, pocos tendrán los suficientes argumentos para hacer tan atrevido señalamiento. Podría tratarse de otro de los recurrentes rumores y estigmatizaciones que han imperado en el mundo del vallenato.
Quienes han seguido la historia reciente de esta música, recordarán que a finales de los años 70´s era vox populis que Alfredo Gutiérrez, el ídolo del momento, era “marica”. Incluso, luego de la paliza que recibió en Venezuela por interpretar el himno nacional de ese en acordeón, Alfredo, sin pudor alguno, mostró a la prensa sus “tapas moradas”. Eso era tomado por sus detractores como “prueba” de tal condición sexual. Hoy pocos recuerdan esos hechos y ya nadie se atreve a decir que Alfredo sea homosexual.
Luego, en pleno furor del Cacique de la Junta, se corrió el rumor que Diomedes Díaz se había declarado homosexual y que el “Cocha” Molina era su pareja. ¿Acaso en sus últimos años alguno se atrevió a dudar de la condición de heterosexual de tan prolífico y mujeriego cantante? No creo. Lo mismo ocurrió cuando Carlos Vives le disputaba escenario a los tradicionales ídolos del vallenato. Los comentarios emergían al ver a ese melenudo rockero que con pantalones cortos y sandalias, brincaba como un canguro en los espectáculos llenos de luces. Como todo rumor, el comentario tuvo poca vigencia. Como también efímeros fueron los señalamientos de homosexual para Nelson Velásquez a quien le dieron a su acordeonero Emerson Plata como “marido”, a Daniel Calderón a quien los rumores lo emparejaron con el cantante de música de despecho Pipe Bueno.
Quizás entre los casos más sonados esté el de Fabián Corrales; los rumores se ensañaron tanto con este buen compositor y cantante que muchos atribuyen su caída en ventas y ofertas de presentaciones a estos malsanos comentarios, afortunadamente hoy superados. Fabián es quizás uno de los autores de tono más “machista” en sus canciones. El otro caso fue el de Silvestre Dangond, quien se vio obligado a “botar el chupo” en Uribia y declarar con voz desgañitada, enfática y colmada de rabia “Yo no soy marica, soy un varón, varón, varón…”. Todo surgió de un aparente video en el que el cantante se autoreconocía como gay, lo peor es que como todo rumor que se disemina, nadie acudía a las pruebas, el video nunca apareció.
Muchos, más sensatos, se atreven a pensar que lo que sucede con Iván David Villazón pueda ser uno más de estos casos en los que en el mejor de los momentos de los intérpretes vallenatos se les trata de estigmatizar con lo que más humilla en un ámbito exacerbadamente machista y sexista como el del vallenato: tildarlos de “maricas”. Esta música nació y tiene su ámbito seminal en una región donde la peor vergüenza para un padre es que un hijo se declare homosexual, incluso, llegan a preferir que salga ladrón y no gay; así que en esto fundan los rumores sobre la situación que supuestamente vive Iván Villazón padre.
Pero cómo explicar este fenómeno. Algún sociólogo o sicólogo social debiera ayudarnos. Yo que no soy ni lo uno ni lo otro apenas toco el tema por su dermis. Inicialmente esto prueba que solo el que está en su mejor momento (árbol frutecido) padece estos señalamientos. Iván David goza de mucho reconocimiento como cantante y productor, grabó el año anterior su primer álbum como solista “Un nuevo aire” con una propuesta novedosa y es un intérprete que promete mucho en esta música. Podría tratarse de disparos de celo venidos desde dos trincheras. La primera, desde los músicos colegas que quieren minar la imagen de su competencia. La otra, la de los hombres que asisten a conciertos y que no soportan que sus novias, esposas o pretendidas corran tras un beso, un abrazo, una foto o un autógrafo de uno de estos ídolos.
Nada más corrosivo para la imagen de un hombre en esta región que hacer correr el rumor que es gay y esa parece ser la fórmula que funciona con un cantante famoso. Pero también se evidencia el poder deletéreo del rumor. Eso nos hace recordar el relato “Premonición” de Gabriel García Márquez en el que un rumor acabó con un pueblo. El rumor es visto por los expertos en la comunicación como un obstáculo (ruido) para la comunicación en cuanto se propaga mecánica y oralmente una información que nadie confirma y que muchas veces, puede resultar ser falsa.
Pero lo que sucede con Villazón junior pone sobre la mesa un tema que levanta ampollas. Qué pasará el día que algún cantante vallenato se declare homosexual. El tema despierta más preguntas que respuestas. ¿Dejará el público vallenatero de comprar y escuchar sus canciones? ¿Habrá empresarios que los bajen de la tarima? (como hizo la primera dama de Uribia con el cantante de música tropical Jorge Luis Daza en pleno Festival de la Cultura Wayuu). En otros géneros musicales eso no ha incidido en la imagen del músico, algunos más bien los ha favorecido como es el caso de José Christian Chávez, cantante del grupo mexicano Rebelde. En nada afectó artísticamente a Ricky Martin, Juan Gabriel o Miguel Bosé su declaración como homosexuales confesos. Pero, en una cultura patriarcal, sexista y machista como la del Caribe Colombiano y en especial La Guajira y el Cesar, ¿será que seremos tolerantes con un cantante gay? ¿Estamos preparados para ese tipo de destapes? ¿Tantas normas y campañas pedagógicas contra la homofobia funcionarán en las representaciones sociales tan cargadas de estigmas y oprobios hacia el cantante que tenga una inclinación sexual hacia su mismo sexo? Son preguntas ineludibles que solo el tiempo sabrá responder. Por ahora, solidaridad para los Villazón.
medinaabelantonio@gmail.com
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