Por Hernán Villa Ortega “El Corroncho”
Hernán Villa |
Realizan charla, tertulias y conversatorios sobre la problemática de dichos ritmos que solamente la entienden los participantes que son músicos, pero después que terminan esos eventos culturales todo sigue igual. Seguimos con los mismos cuatro ritmos que hemos venimos escuchando desde antes de la década de los sesenta, y ahora el Vallenato Moderno que casi no los deja escuchar, pero el Vallenato Vallenato sigue, como dice el Cantautor Poncho Zuleta en una de las canción de su nuevo Cd “Parao en la raya”. Y, El Vallenato Sabanero, que no existe ¿Dónde se puede ubicar? Todos reconocemos que no existe El Vallenato Sabanero, sino música Sabanera y música Vallenata, pero si hay una se diferencia, la nota rápida y picada del acordeón, y el repiquetear de la caja de los músicos Vallentos.
Debemos acabar con esta discusión bizantina que nada bien le hace a nuestra querida música del Caribe, y más bien convocar una reunión para analizar y corregir la problemática que existe en la Música Sabanera, pedirle a los organizadores de los festivales sabaneros que reglamenten los aires específicos que se deben interpretar en los Festivales, y crear mecanismos para evitar que sigan fracasando los Festivales, si es posible pedir asesoría a la Fundación de la Leyenda Vallenta, o a la Fundación del Festival Francisco el Hombre. Pedirle a las escuelas populares de música de acordeón que apunten a transmitir a los estudiantes las raíces del folclor de cada Región, y después, que el estudiante decida que tipo de aires musicales desea interpretar, por lo tanto debe haber una acción Gubernamental que implemente el conocimiento básico de la música. Informarle a las organizaciones musicales, que por mandato expreso de nuestra Constitución, existen normas de aportes o estímulos para realizar eventos culturales entre los que está incluido la música, los cuales muchos desconocen, por eso tienen que recurrir a solicitar recursos económicos a personas naturales, empresas privadas, políticos, etc., y, eso por desconocer que hay una Ley que obliga a financiar dichos eventos culturales.
Es cierto que la música Vallenata solamente tiene cuatro aires musicales: el Son, el Paseo, la Puya y el Merengue, y que la Sabana tiene más de treinta ritmos, entre ellos. La Cumbia, el Cambión, el Bullarengue, Maestranza, Porro, Fandango, Chande, Tambora, Pasebol, Guaracha, interpretados por músicos Sabaneros, pero que dichos aires no suenan en las emisoras comerciales, pero cuando dichos aires son grabados por grupos de moda se convierten en rotundos éxitos. Y nos preguntamos ¿Por qué? Esa pregunta la deben responder los programadores de algunos medios de comunicación.
En décadas pasadas cuando alguien quería escuchar una canción con un conjunto de acordeón decía:” Tóquenme un Son”. Ahora, debemos tomar conciencia que el tiempo ha evolucionado, y que el género vallenato es uno solo, que es una realidad y que nunca se acabará. Ni en la Sabana, ni en el interior, ni exterior del país nadie dice que quiere escuchar un Vallenato Vallenato, o Bajero, o Sabanero, o Guajiro, sino: “Pónganme un Vallenato”, venga de donde venga, y esa es nuestra música, nuestro folclor, y debemos seguir apoyando a los que han hecho lo posible para que esa música ancestral siga perdurando. Así, que como dice el Escritor Daniel Samper Pizano “Dejémonos de Vaina”, y sigamos cantando: “De música de Colombia la canto es la Vallenata, Colombiano canta Vallenato, Vallenato canta Vallenato”, de la Autoría del Maestro Lisandro Meza, la canción de la autoría del Maestro Edward Cortés, que le grabó Silvio Brito con Rodrigo “Roy” Rodrìguez, y la del Maestro Remberto Martínez.
Los conjuntos modernos de acordeón llámense Vallenatos, Guajiros, Sabaneros, Bajeros, Cachacos, etc., lo que están interpretando es una fusión que no sabemos que clase ritmo es, pero es la Innovación de la música, y en eso estoy de acuerdo con el Maestro Alberto “Beto” Murgas, cuando dijo: “Si no hubiera sido por la comercialización, la música Vallenata estaría todavía en el Cesar, La Guajira y Magdalena. Hay que innovar en la música, pero lo autóctono debe perdurar”.
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